X Concurso de Microrrelatos sobre Abogados (Enero 2018)
Inicié
el nuevo año con el firme propósito de definir exactamente, como marcan los
manuales del marketing jurídico, el perfil del cliente óptimo para el renovado
bufete. Pero, sorpresas da la vida, me vi defendiendo a payasos; pero no los
habituales que todos nos encontramos en nuestra praxis diaria, sino a los de
circo.
Por
alguna extraña razón, a pesar de lo que crean los niños, un payaso siempre es
sospechoso, y ante un tribunal tiene todos los números para ser condenado.
No
obstante, por suerte, mi primer cliente era un payaso de verdad y sólo pudo ser
condenado como autor de un delito continuado de tráfico de sonrisas.
Al
final conseguí mi objetivo, hoy el bufete es especialista en derecho circense.
Y no os podéis imaginar lo divertidos que son nuestros casos. De hecho, las
sobremesas con mis clientes son todo un espectáculo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario