lunes, 16 de abril de 2018

Vaivén

X Concurso de Microrrelatos sobre Abogados (Marzo 2018)





El vicario judicial se tambaleaba como un columpio. Va y ven, va y ven. Lo hacía a un ritmo acompasado. Va y ven, va y ven. Uno no sabía en qué momento se iba a detener y sentenciar. Podía tardar horas, incluso días. Va y ven, va y ven. La custodia del preso no podía demorarse más. Va y ven, va y ven. Se notaba que no tenía un baremo claro para decidir sobre la vida o la muerte. Va y ven, va y ven. El Alguacil, impaciente, le acercó la sentencia para su rúbrica: “Perdón imposible, que se ejecute la condena”. Va y ven, va y ven. Por fin el vaivén cesó. Cogió la pluma, cambió alguna cosa y devolvió el veredicto. Reanudó el vaivén con una ancha sonrisa. El alguacil quedó atónito al leerla: “Perdón, imposible que se ejecute la condena”. Va y ven, va y ven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario