lunes, 28 de enero de 2019

La delgada línea

X Concurso de Microrrelatos sobre Abogados (abril 2018)





Estudio el expediente en la más absoluta intimidad, rodeado por mis códigos de leyes. Debo tomar una decisión. Calificar los hechos de traición sería una forma poco elegante de reputar la verdadera intención de los acusados: caminar hacia la rebelión y la secesión. Pero, como en la vida, y más en derecho, todo es susceptible de una contraria interpretación. Como abogado, siempre me encuentro en la misma tesitura: ¿defiendo simplemente para garantizar el derecho a la defensa de mis clientes o los defiendo porque comparto sus ideas? Al final, la línea entre los traidores y los traicionados es muy fina, todo es cuestión de perspectiva. El juez debe ser imparcial, pero no la Abogacía. Debemos tomar partido. El problema, a veces, es determinar a favor de quién. Litigar, mediar y asesorar a favor de la razón, esa es la cuestión. Pero quién se encuentra en su posesión es otro cantar.

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