EL MAL
10º CONCURSO DE MICRORELATOS DE TERROR
35º FESTIVAL DE CINE DE TERROR DE MOLINS DE REI 2016. Octubre 2016
Dije que
prefería ser enterrado en un nicho. Lo repetí en cada funeral. Es verdad que no
lo dejé escrito en un testamento, pero todos lo sabían. Aunque también es
cierto que mis allegados no han tenido la oportunidad de tomar la decisión. Sin
embargo, aquí estoy, dentro de un ataúd, a punto de ser incinerado. Os
preguntaréis si estoy muerto y si os hablo desde otro mundo. Nada más lejos de
la realidad. Estoy vivito y coleando, eso sí, dentro de una caja de pino.
Se trata de
una venganza. A los del otro bando no les gusta dejar pruebas. Y no me negaréis
que este método tiene su eficacia, tan solo quedan reconocibles las cerraduras
y las bisagras, aunque muy retorcidas. Y no es que me haya resignado, es que ya
lo he intentado todo. Me he roto las uñas arañando la tapa, los codos golpeando
los laterales y tengo los pies entumecidos de dar patadas. Antiguamente, te
enterraban con una campanilla en los dedos, para llamar la atención si estabas
vivo. ¡Qué tontería! Llevo horas gritando y golpeando, y nadie me oye.
Los pecados se
pagan, decís, y yo he pecado en valor absoluto. No me arrepiento, espero que
todas mis víctimas hayan sufrido. Así es la vida, una cuestión de extremos. Es
necesario que exista gente como yo, para que haya otros que quieran equilibrar
la balanza. Aunque incinerarme vivo, no lo veo un acto de una gran bondad, la
verdad. Quizá estoy ganando la batalla, quizá está ganando el mal. Mi bando. No
os dais cuenta, el mal es inherente al ser humano, por mucho que lo intentéis
disimular.
Ya penetra el
humo, me cuesta respirar. Noto el calor, no sé cómo ponerme, me empiezo a
quemar. Me gusta. Ya falta menos para mi reencarnación. Tendré otra vida por
delante para sembrar el mal. Me acordaré de todos vosotros. No os voy a decir
adiós, os digo hasta pronto.
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