I Certamen Microrrelatos Signo editores (Noviembre 2017)
El hijo de mis clientes apareció muerto. Causa de la muerte: asistir a una manifestación pro derechos políticos. Lo que dictaminara el médico forense no importa.
Abogo como acusación particular en un caso de asesinato. El acusado: aún por definir. El sospechoso: la policía, el gobierno, el estado o todos a la vez.
Hasta la fecha, no he podido ejercer mi encargo ante un tribunal. No se ha admitido a trámite la querella. Mientras, alzo la voz ante quien quiera escuchar sobre la libertad, la justicia y la paz.
Mi caso no sólo versa sobre la punibilidad del homicidio, también del derecho a la libertad de pensamiento, opinión y expresión; de la libertad de manifestarlos y difundirlos sin riesgo a ser condenado a muerte.
No cejaré en el intento de otorgar el derecho a la presunción de inocencia, a un juicio público y al de defensa a aquellos que se lo negaron arbitrariamente al hijo de mis defendidos. Visto toga en demanda y defensa de derechos y libertades.
He perdido varias batallas, pero me consuela el hecho de que los derechos humanos ganarán la guerra, cuyas armas son la fuerza de las palabras, el dialogo y el tesón contra los actos de barbarie ultrajantes para la libertad.
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